jueves, 6 de mayo de 2010

Llevo todo el día pintando una de las dos tablas que deberían salir mañana para Lanzarote, pero que no va a poder ser. El dichoso calendario azteca lleva lo suyo.

Incluso en un ataque de deseperación por seguir pintando todos los minuciosos detalles opté por pintar un demonio del Timanfaya.

Que seguro que le encantará al dueño de la tabla, al ser de Lanzarote.

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