Ayer ibamos de camino hacia el paso de Arthur y nos encontramos con un pueblo llamado Springfield. De repente me acordé de que allí viven los Simpson y mi emocioné un montón esperando ver a Bart por la calle con su skate, o a Homer en el fish & chips de la esquina, pero el color del pueblo era parecido al resto y la gente no tenían la piel amarilla. Tampoco era en dos dimensiones.
Qué desilusión.
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